PEDRO MUJICA TECNOHUMANISTA FIRMANDO SUPERHUMANOS

SUPERHUMANOS en Madrid: Un encuentro sobre consciencia, Inteligencia Artificial, Metaverso, Neurociencia y transformación humana en Espacio Fundación Telefónica con Editorial LID

La tarde del martes 22 de abril de 2024 tuvo un significado especial dentro del camino que vengo recorriendo en torno a la relación entre tecnología y condición humana. En pleno centro de Madrid, el Espacio Fundación Telefónica acogió la presentación de SUPERHUMANOS, el primer volumen de lo que he llamado la TRILOGÍA DEL CAMBIO, publicado por Editorial LID. Fue más que un acto editorial. La intención fue crear un espacio de diálogo, reflexión y escucha en torno a los desafíos y oportunidades que plantea la inteligencia artificial, el metaverso y otros vectores tecnológicos cuando se entrecruzan con las capacidades, emociones y límites del ser humano.

En lugar de una conferencia tradicional, lo que vivimos allí fue una conversación compartida. La idea central no giraba solo en torno a la tecnología, sino en cómo esta afecta nuestra forma de pensar, de sentir, de tomar decisiones, e incluso de habitar el presente. Me propuse llevar al público a un territorio híbrido: entre la razón y la intuición, entre lo técnico y lo simbólico, entre el impulso de innovar y la necesidad de preservar lo esencialmente humano.

¿Estamos preparados para lo que ya está ocurriendo? Esa fue una de las preguntas que dejamos sobre la mesa. Muchos de los asistentes —personas del ámbito tecnológico, docentes, investigadores, estudiantes, profesionales de diferentes sectores— no buscaban certezas, sino orientación. El libro no pretende ofrecer respuestas cerradas, sino abrir rutas. No funciona como manual, sino como brújula para quienes quieren transitar conscientemente la transformación digital sin renunciar a su autonomía ni a su humanidad.

Durante la conversación en directo, moderada con acierto por Laura Madrigal, editorial manager de LID, exploramos las ideas centrales que estructuran SUPERHUMANOS. A través de un diálogo fluido y accesible, fuimos desgranando algunos de los conceptos clave que atraviesan el libro, empezando por los condicionamientos profundos que operan en nuestro comportamiento cotidiano. Hablamos del sistema límbico, esa parte del cerebro que, aunque evolutivamente primitiva, sigue influyendo de forma poderosa en nuestras decisiones, deseos y hábitos. En un entorno saturado de estímulos diseñados para captar nuestra atención y activar respuestas automáticas, resulta difícil mantener la autonomía emocional y cognitiva.

En ese contexto, planteé cómo muchas de nuestras respuestas actuales —desde el uso compulsivo de redes sociales hasta la dificultad para concentrarse o desconectarse— no son fallos individuales, sino el resultado de una infraestructura digital pensada para reforzar comportamientos dopaminérgicos. Es decir, nos hemos adaptado a un ecosistema donde la recompensa inmediata tiene más peso que la reflexión o el pensamiento crítico. Y en ese punto, más que culpabilizar, lo importante es entender los mecanismos que operan en nosotros, para poder intervenir sobre ellos con nuevas herramientas.

De ahí surgió uno de los ejes principales del libro: la propuesta de herramientas cognitivas aumentadas, tanto tecnológicas como personales, que permitan recuperar nuestra soberanía mental y emocional. Hablamos de prácticas concretas, marcos de pensamiento y formas de usar la inteligencia artificial no para sustituirnos, sino para ayudarnos a pensar mejor, regularnos mejor y elegir con mayor consciencia. En un mundo donde la velocidad y la distracción parecen la norma, recuperar la capacidad de estar presentes y tomar decisiones alineadas con nuestros valores se vuelve un acto profundamente transformador.

Hablamos de tecnología, sí, pero no nos quedamos ahí. La conversación también se abrió a dimensiones menos técnicas y más humanas: la filosofía, la neurociencia, la resistencia al algoritmo y la necesidad de construir una ética digital consciente. En una época en la que las decisiones están cada vez más mediadas por sistemas automatizados, no basta con saber cómo funcionan los algoritmos: es fundamental preguntarse para qué, para quién y con qué consecuencias. Esta dimensión ética ya no puede considerarse un añadido, sino un pilar central del debate contemporáneo sobre inteligencia artificial y transformación social.

El público no adoptó una actitud pasiva. Muy al contrario, muchas de las personas presentes se sumaron a la conversación, lanzando preguntas, compartiendo inquietudes o simplemente reflexionando en voz alta. Aquello no fue una presentación al uso, sino un espacio compartido donde las ideas resonaban de un modo colectivo. Y eso es, en el fondo, lo que SUPERHUMANOS busca: no aleccionar ni imponer marcos cerrados, sino activar procesos de pensamiento, de autoexploración y de acción.

Uno de los momentos clave fue cuando expliqué los cuatro estados del conocimiento en los que se estructura el libro. El primero es el estado sólido, representado por el libro en papel, como objeto físico que permite una lectura pausada y lineal. Le sigue el estado líquido, encarnado en la web tecnohumanismo.com, donde los contenidos fluyen, se expanden y se conectan con nuevos formatos. Luego está el estado gaseoso, que aparece en forma de interfaz digital, con contenidos que se transforman en función del dispositivo, el usuario o el momento.

Pero hay un cuarto estado, quizá el más innovador: el estado cognitivo. Este se materializa en HUMANIA, un agente conversacional que dialoga directamente con los contenidos del libro. No se trata solo de una curiosidad tecnológica, sino de una nueva forma de leer, donde el lector puede interactuar con el texto, preguntar, debatir e incluso expandir su comprensión en tiempo real gracias a la inteligencia artificial. Esta lectura aumentada abre la puerta a experiencias más activas y significativas, en las que el conocimiento no se consume, sino que se construye entre humanos y máquinas.

El evento concluyó con una ronda de preguntas abierta que reveló el nivel de compromiso y curiosidad del público. Las intervenciones no fueron meramente anecdóticas; muchas de ellas reflejaban una preocupación profunda por cómo estamos gestionando nuestra vida emocional en un entorno saturado de estímulos digitales. Se habló, por ejemplo, de la dificultad para mantener la atención en tiempos de hiperconectividad y de la necesidad de estrategias prácticas para cultivar la autorregulación emocional sin renunciar a las herramientas tecnológicas que usamos a diario.

También surgieron cuestiones en torno a la educación de las nuevas generaciones. ¿Cómo acompañar a niños, adolescentes y jóvenes en un mundo donde la tecnología lo permea todo? ¿Qué papel deben jugar los docentes, las familias o incluso los propios desarrolladores de tecnología en ese proceso de acompañamiento crítico y consciente? Estas preguntas, lejos de agotarse en el evento, abren líneas de trabajo que abordo de forma más desarrollada en los siguientes libros de la trilogía: TRANSICIÓN y NUEVA ERA.

Se habló además de salud mental, de cómo el entorno digital puede amplificar la ansiedad o el aislamiento, pero también de cómo podría convertirse en una herramienta para el bienestar si se rediseñan los entornos desde una perspectiva más humana. Las preguntas giraron alrededor de este eje: cómo usar la tecnología para fortalecernos, no para debilitarnos. No se trata de desconectarnos del mundo digital, sino de reconectar con nuestras capacidades cognitivas y afectivas más profundas.

Hubo espacio para discutir incluso sobre espiritualidad, entendida no desde una perspectiva religiosa, sino como una forma de reconexión con lo esencial. En medio del ruido algorítmico, muchas personas sienten la necesidad de encontrar sentido, dirección y profundidad. Algunas intervenciones del público apuntaron hacia esa búsqueda de propósito, lo cual confirma que el debate sobre tecnología ya no puede separarse del debate sobre la condición humana.

Por todo eso, presentar SUPERHUMANOS en el Espacio Fundación Telefónica no fue una decisión aleatoria. Este lugar no solo simboliza la convergencia entre tecnología y cultura, sino que también acoge un tipo de conversación abierta, diversa y crítica que encaja con lo que el libro propone: pensar juntos, más allá de las soluciones rápidas o las visiones polarizadas.

La Fundación Telefónica encarna esa tensión creativa entre innovación y reflexión, entre lo técnico y lo ético. Su labor como espacio de divulgación e investigación en torno a la transformación digital lo convierte en el lugar idóneo para lanzar un proyecto como este, que no solo habla de inteligencia artificial o metaverso, sino que pone el foco en cómo evolucionar como especie consciente en medio de esta gran transición cultural y tecnológica.

📎Enlaces de referencia:

LID Editorial: https://www.lidlibros.com/

Fundación Telefónica: https://espacio.fundaciontelefonica.com/evento/superhumanos