El 7 de mayo de 2025, en el marco del MetaWorld Congress, uno de los encuentros internacionales más relevantes sobre realidades extendidas, inteligencia artificial y tecnologías inmersivas, tuve el privilegio de participar como ponente y como invitado en el programa especial La Hora Virtual, producido por el equipo de Real o Virtual (ROV).

El episodio, titulado “Techno-optimistas”, fue una conversación honesta, estratégica y profundamente humana con Gabi (ray_manta) y Óscar (knob2001), donde abordamos los grandes dilemas, retos y oportunidades de esta nueva era tecnológica. Una conversación que dejó claro que no estamos ante simples gadgets o modas pasajeras, sino ante un cambio de paradigma que redefine nuestra forma de entender la realidad, la identidad y el conocimiento.

Un nuevo relato para la inteligencia artificial

Uno de los ejes centrales de la entrevista fue la necesidad urgente de construir un relato alternativo a la narrativa distópica dominante en torno a la inteligencia artificial. Frente al miedo a la sustitución, la vigilancia o la pérdida de control, defendí una visión basada en la colaboración aumentada, donde la IA no compite con el ser humano, sino que lo complementa y lo amplifica.

“La IA no es un enemigo silencioso, es una extensión de nuestra capacidad de imaginar y de actuar”, señalé durante la conversación. Esta frase resume bien el enfoque tecnohumanista que vengo defendiendo desde hace años: no diseñamos máquinas para que piensen por nosotros, sino para pensar con nosotros. Si orientamos bien su propósito, la inteligencia artificial puede convertirse en nuestro mejor aliado cognitivo, un socio estratégico para resolver problemas complejos, acelerar descubrimientos y potenciar la creatividad humana.

Entrevista en Metaworld, ROV-Real o Virtual.

Tecnohumanismo como brújula en la disrupción

En ese mismo marco, compartí los fundamentos del Manifiesto Tecnohumanista, una propuesta que publiqué en 2020 y que, lejos de perder vigencia, hoy se vuelve esencial. Su punto de partida es simple pero radical: el ser humano debe ser el eje de toda transformación tecnológica, no la eficiencia ni la automatización ciega.

Desde esa perspectiva, destaqué la necesidad de avanzar hacia una gobernanza ética de la tecnología, especialmente en entornos XR (Extended Reality), donde la inmersión sensorial y la manipulación perceptiva abren nuevas dimensiones de influencia sobre nuestra conducta y emociones. La realidad extendida no es solo una interfaz visual o táctil: es una nueva capa de realidad, una arquitectura de lo posible que debemos diseñar con conciencia, propósito y límites claros.

Metaverso, cultura y diseño del futuro

Durante el programa abordamos también la evolución del metaverso, desde su fase de hype especulativo hacia una etapa más madura y sostenible. Como expresé en directo, lo observo hoy como un espacio de diseño cultural y social, donde convergen la presencia remota, la identidad digital aumentada y un nuevo sentido de pertenencia distribuida.

Para que este ecosistema tenga sentido a largo plazo, es necesario un diseño antropológico, ético y estético. Como dije en la entrevista: “El futuro no se improvisa: se modela, se cultiva, se cuida”. Esa es también una de las tesis centrales de mi próximo libro, Humanidad Cuántica, donde desarrollo cómo estas tecnologías reconfiguran no solo lo que hacemos, sino lo que somos y seremos.

Tecnología con ética humana y responsabilidad

La conversación con el equipo de ROV fue un ejemplo de cómo podemos hablar de tecnología sin caer en el sensacionalismo ni en la complacencia, sino desde un análisis profundo, humano y comprometido. El techno-optimismo que defiendo no es ingenuidad ni marketing, sino una actitud estratégica basada en el conocimiento, la ética y la acción.

Porque si algo ha quedado claro tras años de transformación digital, es que no basta con tener la tecnología: hay que tener criterio para usarla, visión para integrarla y, sobre todo, valores para gobernarla. Y eso, al final, solo lo puede aportar una mirada verdaderamente humana.

Replantear el rol del creador en tiempos inmersivos

Una de las claves que también abordamos fue el rol del creador digital en estos nuevos entornos inmersivos. Frente al creador tradicional de contenido bidimensional, el creador del metaverso opera en espacios tridimensionales, multisensoriales e interactivos, donde la narrativa ya no se limita a ser contada, sino que se vive. Esto exige nuevas competencias, sí, pero sobre todo una nueva ética del diseño de experiencias, donde la responsabilidad del impacto emocional y cognitivo es tan relevante como la estética. Estamos entrando en una era donde la influencia será sensorial y donde lo emocional se convertirá en vector de conexión, manipulación o transformación. Por eso el diseñador del futuro no será solo un tecnólogo o un artista: será un humanista expandido.

Del espectáculo al propósito

También hablamos del riesgo de que estas tecnologías se conviertan en un simple espectáculo sin propósito. El metaverso no debe ser solo una extensión del entretenimiento o del consumo; debe ser una plataforma para la educación, la inclusión y el pensamiento colectivo. Lo dije con claridad durante la entrevista: “No necesitamos más escenarios virtuales, necesitamos más sentido”. Si logramos alinear estas herramientas con los grandes desafíos del presente —la sostenibilidad, la educación, la salud mental, la cohesión social—, podremos hacer que la tecnología no sea solo impresionante, sino transformadora en lo profundo. Y ahí es donde empieza el verdadero futuro: cuando la tecnología deja de distraernos y empieza a ayudarnos a ser más humanos.

Metaworld Congress, Madrid 2025.

Quiero expresar mi sincero agradecimiento a Óscar, conocido en ROV como knob2001, por su impecable conducción y por crear un espacio donde el diálogo sobre tecnologías inmersivas y sus implicaciones humanas puede florecer con profundidad y respeto. Programas como La Hora Virtual de Real o Virtual, junto con encuentros como el MetaWorld Congress, son vitales para construir puentes entre la innovación tecnológica y los valores que definen nuestra humanidad. Estos eventos no solo promueven el intercambio de conocimiento, sino que también impulsan una visión ética y estratégica necesaria para que la tecnología actúe como herramienta de progreso auténtico y sostenible.

Desde mi enfoque tecnohumanista, reafirmo que el verdadero desafío no es solo avanzar en capacidades técnicas, sino mantenernos conscientes de que la tecnología debe servirnos para ampliar nuestra conciencia, creatividad y empatía. En mi sección de Tecnohumanismo en la web, podrás encontrar a Humania, un espacio dedicado a profundizar en estas ideas y donde presento mi libro SuperHumanos, el inicio de una saga que explora el diseño del superhumano como puente entre la tecnología y la evolución consciente del ser.

Real o Virtual, en Metaworld Congress el pasado mayo del 2025